miércoles, noviembre 28, 2012

Me sentí culpable, al dejarte ir, al escuchar la puerta cerrándose y tu ausencia inundando el espacio de lágrimas de nostalgia. Tu taza de té, dos gotas de miel, mencionabas, sin terminar, pasan los días, a veces creo que pasaran los años , y sigue ahí, coagulada, en la ventana en la que me observabas al llegar, cada mañana. Lamente herirte, hacer ahora inmortal tú esencia, aunque sé que no volverá, no volverás. Te extraño, cada día, cada hora, cada suspiro, pero eso no olvida que me heriste, me lastimaste, me destruiste, pero también me amaste. Dime ahora, amor mío ¿Qué hacer con eso? Dime ahora que estas lejos y que no volverás.

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