martes, diciembre 25, 2012

Tenerte...

La naturaleza me recuerda a ti. La inexorable belleza que oculta en su aura misteriosa, que ocultas bajo tu esencia perpleja. El roció de las flores, el olor de tu perfume. El vuelo de los pájaros entre tu libertad inapagable, te alejas…vuelas, te disuelves en tu propia independencia, en tu incorregible juicio. Pero tus labios…dulces y ácidos, como un animal salvaje que intenta domesticarse. A tiempos son dulces y dóciles, a destiempo ácido y agresivo. No entenderte, es lo único que conservo claro, no entenderte como no se entiende a la naturaleza, como nunca se entenderá su belleza. El movimiento de los arboles otoñales dominados por el aire, tu manera sutil de moverte, de atravesar el mundo a tu manera. Como quisiera tenerte de verdad, como se quiere tener la primavera para siempre y no solo en la memoria, pero tampoco eso puedo, eres tan tuya que nunca serás de nadie, lo sé porque como el invierno no es el primer invierno que has presenciado, y no soy yo el primer hombre al que has amado, pero más que alejarme, prefiero quedarme impregnarme en mi propia época que me das, en la breve y fugaz estación que me heredas en tu vida, Porque la verdad, prefiero tenerte a medias como se tiene a la naturaleza.

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